viernes, 7 de diciembre de 2007

PRÓLOGO : EL PRIMER ELEGIDO


-13 de julio de 1938-Parque Loisirs(Londres)

Empezaba a anochecer. El parque estaba casi vacío. Sólo el ruido producido por dos chicos jugando al fútbol rompía el sepulcral silencio del lugar. Los chicos se llamaban Tim Fawkes y Seamus Right. Los dos tenían la misma edad y los mismos gustos, lo que había contribuido en gran medida a hacerse amigos el mismo día de conocerse, cuando Tim llegó a la ciudad. Llevaban toda la tarde jugando, pero a pesar de todo, no se cansaban. Tim iba perdiendo, algo que no soportaba, así que se acercó a la portería de su amigo y lanzó el balón de una patada hacia el bosque que había detrás del parque. El balón pareció levitar durante un momento en el aire, y después cayó, y se perdió entre los árboles. -¿ Por qué le has dado tan fuerte? – preguntó Seamus enfadado – ese balón es mío, y no sabes lo que me costó comprarlo. - No te preocupes Seamus – dijo Tim – iré a por él. Tim se adentró en el bosque; el follaje era espeso, y la oscuridad lo cubría todo. Solo la débil luz que provenía del cielo le ayudaba a orientarse. Tim pensó que el bosque era más grande de lo que parecía, pues llevaba un buen rato caminando y aún no había encontrado el balón. Siguió andando, sin percatarse de que algo brillaba en el bolsillo de su pantalón intensamente, hasta llegar a un claro del bosque. Por un momento, Tim se olvidó del balón, de Seamus o de que casi se había hecho de noche, porque en el centro del claro se alzaba una majestuosa fuente de piedra maciza, de varios pisos y forma rectangular. Pero lo más extraño era el líquido que fluía por la fuente: era de color verde esmeralda, y unos brillantes puntos de luz saltando de un lado a otro en la superficie del líquido. Se quedó ensimismado contemplando la fuente boquiabierto, hasta que vio algo emerger por el piso superior de la fuente: su balón. Se acercó para cogerlo, pero cuando iba a tocarlo, el balón se sumergió, y Tim, en un acto reflejo, lo siguió para cogerlo, introduciendo la mano en el líquido… Seamus esperaba preocupado a su amigo, con la mirada fija en el bosque, cuando un cegador torrente de luz verde salió disparado del centro del bosque e inundó toda la zona. La policía no tardó en llegar, alertada por el extraño fenómeno luminoso. Seamus les explicó todo lo que había pasado, y ellos emprendieron la búsqueda por todo el bosque, pero no encontraron nada, ni siquiera la fuente, que aunque nadie se había dado nunca cuenta de su presencia, había desaparecido misteriosamente. La búsqueda se prolongó durante las semanas siguientes, por todos los alrededores y por toda la ciudad. Pero fue en vano. A los dos meses de su desaparición se le dio por muerto. Todos los familiares de Tim estaban destrozados. Sin embargo, Seamus no derramó ni una solo lágrima; no porque no le importara su amigo, sino porque no podía aceptar sin más que su amigo había muerto, y porque en el fondo de su corazón, la llama de la esperanza no se había apagado. Pero no podía seguir viviendo allí, no mientras todos lo miraran como el culpable de lo sucedido. Así que desde aquel día, Seamus Right se volvió un chico extraño y solitario, y se fue a Mistown, un barrio a las afueras de Londres, el lugar donde nació

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